Momentum: Barbara Manning - "Lately I Keep Scissors" (1988) / "One Perfect Green Blanket" (1991)


"Mi primera reacción cuando me propusieron reeditar estos trabajos fue: '¿Por qué hacer un box set de algo que puedes comprar de segunda mano en una tienda de discos?'. (...) No creo que deba hacerse un box set de alguien que sigue vivo. Pero al mismo tiempo estoy encantada. (...) La primera vez que conseguí algo de atención fue cuando salieron esos discos, así que para los oyentes son como una presentación mía, y para mí supusieron mi estreno haciendo música por mi cuenta y siendo más independiente, así que son una parte muy importante de mi carrera. (...) Fue un periodo muy creativo".
Barbara Manning, 
San Francisco Gate, 7 julio 2007

La pregunta impulsiva que Barbara Manning hizo al que fuera su productor, Pat Thomas, cuando supo que se había encompinchado con el sello Rainfall Records para promover la necesaria reedición de sus dos primeros discos, lo dice todo de la cantautora nacida en San Diego (California). En el desarrollo de su carrera ha jugado un papel primordial el tira y afloja entre creer en lo que hace y no querer darse demasiada (ninguna) importancia. Eso mismo nos ha privado de ella a muchos durante décadas. Quizás por miedo a convertirse en un payaso que traicionara sus ideales y acabara con ellos, Manning colaboró muy poco para promocionar su obra, se sintió más segura creyéndose que no era necesario y que no le apetecía. La verdad es que ahora lo veríamos más lógico porque un músico tiene muchas opciones al margen de la industria musical establecida. A mediados de los años 90, cuando fichó por el prestigioso sello independiente Matador Records, tuvo la oportunidad de jugar a ese juego e ir a por todas: más entrevistas, reportajes de moda en la revista Spin, MTV... Cosas con las que lidiaban compañeros de generación como Pavement o Juliana Hatfield con desigual fortuna. Cosas que que no tenía la más mínima intención de hacer porque no le parecía que tuviesen nada que ver con la música. Ella misma admitió haber visto a un montón de grupos salir disparados ante sus narices en la edad de oro del indie rock americano mientras ella seguía en el mismo rincón del patio. Todo eso que nos perdimos.

Tras su paso por el grupo 28th Day, Barbara Manning desplegó sus alas como autora pop en 1986 cuando se decidió a grabar las primeras canciones a su nombre, aunque no verían la luz bajo el título de Lately I Keep Scissors hasta 1989, una colección que tendría su continuación en One Perfect Green Blanket (1991). Ambos trabajos han estado siempre relacionados, por una parte de manera formal y práctica (ya se editaron en un único CD en 1992 por primera vez, y luego nutrieron el grueso de la caja mencionada más arriba, Super Scissors, 2007) y por otra por su estilo y contenido. Resulta curioso dar con una artista que ha estado tanto tiempo en activo a la sombra de todos y poder reconocer en ella tanto el testigo de algunas corrientes musicales de los primeros 80 como a una pionera de otras posteriores que probablemente nunca admitirían su influjo. Su pop confesional agridulce, con interesantes reflexiones sobre el desarrollo personal y las relaciones sentimentales, resulta especialmente entrañable en la improvisada hilera de canciones de Lately I Keep Scissors, y es que aunque Barbara las grabó con varios músicos en una grabadora de ocho pistas, creyó que se quedarían no serían más que maquetas. "Soy sentimental con Scissors", explicaba en 2007, "porque mientras lo grabábamos, creía que la única canción que acabaría siendo publicada era 'Never Park' -todas las demás las consideraba maquetas que creía que grabaría más adelante. Así que, en cierta manera, es una cápsula de un tiempo muy inocente, muy puro".

Barbara dio con algo delicado e inequívocamente juvenil. A su paso hace soplar las campanitas que cuelgan en las puertas de las casas de Marine Girls ('Talk All Night'), de Young Marble Giants ('Mark E. Smith & Brix', donde -como indica el título- narra un encuentro fortuito con los dos legendarios miembros del grupo The Fall) o de los R.E.M. más vivarachos ('Something You've Got (Isn't Good)' suena como si una hermana pequeña de Peter Buck aprendiera compusiera su propia canción a partir de 'Radio Free Europe'). El disco empieza y termina con un pie en el folk ('Scissors' da título al disco y unas tijeras hacen las veces de shaker; 'Prophecy Written' es una versión acústica de un tema firmado por el grupo Marquis) pero por en medio quedan incursiones en el jangle pop más saltimbanqui (acordes agudos en 'Somewhere Soon' y melancolía en 'Never Park', fantasías en clave de escapada) y esquinas en las que ocurren cosas más sucias, desde el temblor electroacústico con violonchelo de fondo de 'Breathe Lies' ("Puedes vivir una broma y puedes respirar mentiras") hasta el carácter confrontacional de 'Every Pretty Girl' (la voz más seca, envoltorio más rock) y el ambiente frío, vertiginoso del momento más difícil del cancionero, 'Make It Go Away'.

Las formas se pulen, sobre todo a nivel de sonido, en su segundo álbum. One Perfect Green Blanket (1991) es breve y está grabado por Greg Freeman como el anterior, pero esta vez las composiciones de Manning son tratadas con más cariño, grabadas con una mayor claridad y eso hace que irradien otra luz. Donde 'Scissors' se abría paso en su debut como una ansiosa declaración (adiós a ataduras pretéritas aunque no sepas dónde vas aún: "Dejo sueltas las puntas que se unen / corto y miro como caen los lazos"), aquí 'Straw Man' es un cínico desafío más propio del indie rock ("Ámame si puedes, hombre de paja") que la presenta más segura de entrada, aunque en realidad el repertorio está marcado por las ausencias y, en concreto, por una ruptura sentimental y el camino tumultuoso que lleva hasta ella: detrás del gancho incontestable de 'Sympathy Wreath' está el regusto triste y cansino de la autocompasión ("Me enviaría a mí misma una corona de condolencias / con margaritas lilas para mi duelo"), y escuchando 'Don't Rewind' ("No repitas ni rebobines / no quiero saber qué tienes en mente") piensas ¿no es exactamente por este estilo por el que la crítica se rindió ante su paisana Liz Phair dos años después? Es una colección de canciones ecléctica que muestra novedades como compositora ('Someone Wants You Dead' es perversa, 'Lock Yer Room (Uptight)' juega a ser blues, 'Green' es una pieza más folk y en ella danza un clarinete) aunque es mediante la versión solemne (ese violonchelo lluvioso) de un tema de The Bats, 'Smoking Her Wings', que Barbara consigue apretarnos el corazón con más fuerza y resumir ese sentimiento de persona rota y perdida que debe reaccionar: "Batiendo sus alas hasta sacar humo y secándose los ojos / se dirige hacia el muro en un amargo disfraz / oh, va directa hacia el muro". Creo que así querían sonar las Vivian Girls que entregaron el año pasado el disco Share the Joy.


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